Los test de manchas de tintas han sido muy útiles para los profesionales que estudian la mente humana. Estas pruebas han servido para comprobar algunos trastornos psíquicos y, aunque no tienen una validez cien por cien científica, es una forma casi exacta para saber la personalidad de una persona. Por ello, este test de Psychobook podrá decirte cuál es tu defecto en este momento de tu vida.
¿Cómo se realiza el test de manchas? Es sencillo, a continuación se te presenta una ilustración en la que encontrarás una mancha de tinta con varios colores. En ella, se esconden varias figuras las cuales deberás lograr ver, según cómo sea tu personalidad, podrás ver una u otra. ¡Vamos allá!
¿Qué ves en esta imagen?
Soluciones
En la mancha se esconden cinco figuras, seguramente habrás notado alguna y a continuación te diremos las respectivas respuestas de cada forma, veamos qué dicen.
1. Si ves la figura de un pollo asado
Durante el día, te encuentras saltando de una tarea a otra, como si cada ola de estrés te empujara hacia un nuevo rumbo sin terminar el anterior. Y es que, sinceramente, terminar lo que se empieza parece ser tu talón de Aquiles. Pero, ¡ey! No todo es un mar en tormenta en tu vida. Tienes ese faro en la distancia, una visión de futuro tan clara y brillante que podría guiar a mil barcos a puerto seguro. Esa certeza sobre hacia dónde quieres ir es tu mayor tesoro.
Ahora, imagina poder canalizar esa claridad en tus actividades diarias. ¿Complicado? Tal vez, pero no imposible. Piénsalo, si logras hacer eso, serás imparable. Mantén esa visión a largo plazo, pero empieza a ver tu día a día como pequeños pasos hacia ese gran objetivo. ¿Cómo? Bueno, empezando por simplificar. Sí, simplificar. Deshazte de ese montón de tareas medio hechas y concéntrate en una sola. Ya sabes, cómo comerse un elefante: bocado a bocado.
2. Si ves un gato gritando
¿Has notado cómo algunas personas parecen tener un don natural para desenredar los nudos más complicados de la vida? Bueno, parece que tú eres una de esas personas privilegiadas. Con una mente aguda y un talento innato para la oratoria, tienes la capacidad de hacer que las complejidades parezcan sencillas. Es como si llevaras una linterna en la oscuridad, iluminando el camino para aquellos que te rodean, permitiéndoles ver las soluciones con claridad. Y cuando se trata de negociar, ahí es donde realmente brillas. Ya sea en el ámbito laboral o personal, tienes ese toque mágico para salir adelante, convirtiendo cada reto en una victoria. Es como si jugaras ajedrez mientras los demás juegan damas.
Pero, como todo buen estratega, a veces tu enfoque calculador puede ser interpretado como distancia emocional. Tu carácter, a menudo sereno y reflexivo, puede confundir a quienes esperan una respuesta emocional más visible. Es un poco como ser el capitán de un barco que mantiene el rumbo en medio de la tormenta, sereno y seguro, mientras que la tripulación busca señales de pánico o alivio en tu rostro. Esta discrepancia entre lo que sientes y lo que expresas puede crear un enigma para quienes te rodean.
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3. Una mujer sin rostro
Si al mirar alrededor, lo primero que captó tu atención fue el contorno de un rostro femenino, tenemos mucho de qué hablar. Pero primero, respiremos hondo. ¿Listo? Bien, parece que la paciencia no es precisamente tu fuerte. Y hey, no te sientas mal, a muchos nos pasa. Es como querer correr antes de aprender a caminar. Te pones metas tan altas que ni un saltador de pértiga olímpico podría alcanzar. Y aunque es genial apuntar a las estrellas, a veces, terminamos enredándonos en nuestras propias expectativas.
Ahora, imagina que tus metas son como semillas de un gigantesco árbol que deseas plantar. No esperarías que brotara y tocara el cielo de la noche a la mañana, ¿verdad? Así que, ¿por qué ser tan duro contigo mismo? Es hora de empezar a establecer objetivos más como escalones, no como montañas. Piénsalo, cada pequeño paso te acerca a ese cielo estrellado de sueños, pero con el beneficio adicional de disfrutar el paisaje en el camino.
Aquí va una idea: ¿qué tal si comienzas a dividir esas grandes ambiciones en mini-metas? Algo así como hacer una lista de «cosas por hacer» pero para tus sueños. Así, cada vez que taches algo de la lista, sentirás esa satisfacción instantánea.
4. Si ves un cohete o una torre
Si eres de los que no deja pasar un detalle, de los que se asegura de que cada «i» tenga su punto y cada «t» su cruz, ¡felicidades! Estás en el equipo de los trabajadores incansables, esos héroes anónimos que se toman la vida con una seriedad digna de un CEO en plena junta de accionistas. Pero, ¿alguna vez te has detenido a oler las flores en este maratón hacia el éxito? Sí, esas pequeñas cosillas que parecen triviales, pero que, en realidad, son los colores con los que se pinta la felicidad.
Tu dedicación es admirable, ¡eso nadie lo duda! Pero, como dice el viejo refrán, no todo en la vida es trabajo. A veces, enfocarnos demasiado en el «deber ser» nos hace perder de vista el «querer ser». Es como cuando estás tan concentrado en capturar el momento perfecto con tu teléfono que te olvidas de vivirlo. ¿Te suena familiar?
Aquí va un consejo para ti: date permiso para evadirte un poco de esa realidad de números, plazos, y responsabilidades. ¿Hay algo que realmente te apasione? ¿Algo que te haga perder la noción del tiempo? Puede ser desde pintar, hasta caminar por la naturaleza, o incluso aprender a tocar un instrumento musical. Lo importante es que sea algo que te haga vibrar, que te recuerde que la vida también está hecha para ser disfrutada.
5. Si viste la forma un perro o dos
Vivimos en un mundo donde la confianza es una moneda rara y valiosa, y tú, mi amigo, pareces tener el bolsillo lleno de ella. Algunos dirían que confías demasiado rápido, ¿pero realmente es un defecto? Bueno, depende de cómo lo mires. Es como tener una llave maestra del vecindario de la confianza; abres muchas puertas, pero no todas llevan a lugares seguros. Sí, es verdad, hay quienes podrían intentar tomar más de lo que das, pero eso habla más de ellos que de ti.
Ahora, hablemos del perro, ese noble animal que se ha ganado el título de mejor amigo del hombre por su lealtad inquebrantable. Si tu esencia fuera un animal, definitivamente serías leal. Promesas para ti son como huesos enterrados; siempre sabes dónde están y nunca los olvidas. Esa lealtad es lo que hace que las personas realmente importantes en tu vida confíen en ti sin dudarlo. Es un lazo que no se rompe fácilmente.
Aprender a equilibrar esa confianza no es ceder tu naturaleza, sino fortalecerla. Imagina que tu confianza es como una linterna en una noche oscura. No querrías iluminar el camino de alguien que te guía hacia un precipicio, ¿verdad? Aprender a discernir no te hace menos confiable, te hace más sabio.
Si has conseguido ver otras figuras, posiblemente tu mente subconsciente te esté jugando una mala pasada. Si, por el contrario, no has logrado ver nada, te felicitamos porque quiere decir que actualmente no ocurre nada grave en tu mente.