¿Alguna vez has sentido que el mundo se te derrumba después de una ruptura? Como si te hubieran arrancado un pedazo de tu alma y te dejaran con un vacío insoportable. No estás solo, a todos nos ha pasado alguna vez. Y lo que es más, la ciencia tiene una explicación para esta agonía: nuestro cerebro está en shock.
Imagina que tu relación era una casa acogedora y confortable. De repente, te echan a la calle sin previo aviso. Te sientes perdido, vulnerable y desorientado. Lo mismo le ocurre a tu cerebro cuando una relación termina. Se ha acostumbrado a recibir una dosis diaria de dopamina, oxitocina y otras sustancias químicas que te hacían sentir feliz y conectado. Al perder esa fuente de placer, experimenta una especie de «síndrome de abstinencia».
Pero no te asustes, esto no es el fin del mundo. Tu cerebro es un órgano increíblemente resiliente. Con el tiempo y los cuidados adecuados, se recuperará y estará listo para amar de nuevo.
A continuación, veremos qué le pasa a tu cerebro cuando te rompen el corazón, cómo afrontar el dolor y cómo salir adelante más fuerte que nunca. Te daré consejos prácticos para que puedas comprender mejor este proceso y ayudarte a sanar.
En tu cerebro hay un torbellino emocional
Primero, hablemos del área de recompensa. Esta parte de tu cerebro, que se activa con experiencias placenteras como comer tu postre favorito o recibir un abrazo, de repente se queda sin su dosis habitual de felicidad. Estudios, como los realizados por Helen Fisher y su equipo en la Universidad de Rutgers, han demostrado que cuando vemos fotos de nuestras exparejas, esta área se activa de manera similar a como lo haría ante una droga. Es decir, tu cerebro está experimentando una especie de síndrome de abstinencia.
Por otro lado, el sistema de estrés se pone en marcha. Tu cuerpo empieza a liberar cortisol, la hormona del estrés, lo que te hace sentir ansioso y estresado. Esto puede explicar por qué te cuesta dormir y te sientes constantemente en alerta después de una ruptura.
Y no nos olvidemos de las regiones de nuestro cerebro encargadas de los sentimientos de apego, como el área tegmental ventral y el núcleo accumbens. Estas áreas, que normalmente nos ayudan a sentirnos conectados con nuestros seres queridos, están ahora en una especie de limbo, tratando de procesar la ausencia de la persona amada.
Cómo sanar esas emociones
Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudar a nuestro cerebro a recuperarse de este terremoto emocional? Aquí te diremos algunos consejos.
- Mantén activo tu cuerpo y tu mente: Realizar actividades físicas no solo te ayuda a liberar endorfinas (también conocidas como las hormonas de la felicidad) sino que también te permite distraerte y enfocar tu energía en algo positivo.
- Conecta con tus seres queridos: Aunque tu cerebro pueda estar diciéndote que te aísles, pasar tiempo con amigos y familiares puede ayudarte a reactivar esas áreas de apego de una manera saludable.
- Expresa lo que sientes: Escribir en un diario, pintar, o cualquier forma de expresión artística puede ser terapéutica. Al darle salida a tus emociones, estás ayudando a tu cerebro a procesar el duelo.
- Dale tiempo al tiempo: Recuerda, la curación no sucede de la noche a la mañana. Cada día que pasa es un paso más hacia tu recuperación.
Aunque en este momento pueda parecer que el dolor es interminable, es importante recordar que, al igual que cualquier otra herida, el corazón roto también sanará con el tiempo. Nuestro cerebro es increíblemente resiliente y está equipado para superar incluso las rupturas más dolorosas. Dándote el espacio y el tiempo para sanar, poco a poco volverás a encontrar la alegría en las cosas que antes amabas.