Las relaciones suelen pasar por muchas etapas. La mayoría de ellas son muy especiales y románticas, pero también llega un momento en el que se vuelven muy turbias y los dos ni siquiera pueden ver esa realidad. Esto es por eso que existen una serie de señales en las que te das cuenta de que el amor se ha vuelto obsesión.
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El amor y la obsesión, lamentablemente, pueden estar muy de la mano. Existen algunas señales que aparecen en las parejas que hacen que se den cuenta de que el amor se ha vuelto una obsesión.
Aferrarse demasiado
Se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Aferrarse a la relación después de cientos de problemas en los que incluso se ha llegado a dañar algún aspecto personal, y hacer como si todo estuviera bien para seguir junto a esa persona, es la primera señal de la obsesión, misma que dejó al amor en otro planeta.
Ansiedad
Cuando esa persona no está contigo y llega a sentir mucha ansiedad por saber de su paradero, el qué estará haciendo o con quién estará, es una de las señales que indica obsesión. Se trata de la ansiedad y angustia que se genera por querer saber algo de la pareja cuando no están juntos.
«Stalkear»
No importa quién sea, cuando haya reaccionado a las publicaciones de la pareja. Estar siempre al pendiente de lo que sucede en sus redes sociales y con quién interactúa, es la mejor manera de calificar a un o una stalkear. El problema de stalkear se presenta cuando se vive siguiendo cada uno de los pasos de la pareja en redes sociales, sacando conclusiones en cada comentario o reacción para saber si está siendo infiel o no, dejando la confianza por los celos.
Celos extremos
Los celos son una emoción natural que todos pueden experimentar en algún momento de su vida. Surge a menudo de un miedo a perder algo o alguien que consideramos valioso. En una relación romántica, un grado leve de celos puede ser una señal de que valoramos a nuestra pareja y no queremos perderla. Sin embargo, cuando estos celos se vuelven intensos y constantes, pueden convertirse en un problema que pone en peligro la relación.
Los celos extremos pueden manifestarse de muchas formas: desde revisar constantemente el teléfono de la pareja, querer saber dónde está en todo momento, cuestionarla sobre con quién habla o pasa tiempo, hasta evitar que vea a ciertas personas. Esta intensidad puede deberse a inseguridades personales, experiencias pasadas o traumas relacionados con la confianza.
Miedo intenso a la pérdida
Este temor surge cuando una persona siente que su identidad, bienestar o felicidad dependen enteramente de su pareja, llevándola a experimentar ansiedad constante sobre la posibilidad de perderla. Este miedo puede manifestarse en comportamientos posesivos, necesidad constante de asegurarse del amor y compromiso de la pareja, o incluso en intentos de aislar a la pareja de otras relaciones y experiencias para «garantizar» su permanencia. Estas actitudes, lejos de preservar la relación, suelen generar tensión y desconfianza, ya que parten de la inseguridad y no de un amor sano. Es esencial reconocer este miedo para tener una relación equilibrada y mutuamente enriquecedora.
Negación
La negación es un mecanismo de defensa que las personas utilizan, a menudo inconscientemente, para evitar enfrentar realidades o sentimientos dolorosos o incómodos. En el contexto de una relación, la negación puede manifestarse cuando una persona ignora o justifica comportamientos o problemas evidentes porque reconocerlos significaría admitir que algo no está bien en la relación, lo que puede desencadenar el temor de enfrentar un posible final o la necesidad de tomar decisiones difíciles.
En relaciones donde el amor ha virado hacia la obsesión, esta negación puede ser particularmente pronunciada. Por ejemplo, alguien podría pasar por alto o minimizar comportamientos controladores, abusivos o despectivos de su pareja, convenciéndose de que «no es para tanto» o de que «es normal» en las relaciones. Esta negación no solo pone en riesgo el bienestar emocional y, en ocasiones, físico de la persona, sino que también impide que la relación evolucione y se sane. Aceptar y reconocer los problemas es el primer paso hacia una posible solución, ya sea trabajando juntos en los problemas o, en algunos casos, terminando la relación para el bienestar de ambas partes.