Vivimos rodeados de palabras, mensajes, tweets, stories… Pero, ¿cuántas de esas palabras realmente nos hacen sentir bien? Piénsalo, las relaciones, ya sean de amistad, amorosas o incluso laborales, son un intercambio constante de palabras. Porque, seamos sinceros, todos hemos tenido en nuestra vida a esa persona que con solo abrir la boca parece que nos quita energía. Aquellas que con sus frases, a menudo repetidas, nos hacen dudar, sentirnos pequeños o simplemente, mal.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer al respecto? Bueno, para empezar, identificar esas frases puede ser un buen primer paso. Autores como Brené Brown hablan del poder de la empatía y la vulnerabilidad, y cómo entender nuestros sentimientos puede ayudarnos a establecer esos límites que tanto necesitamos. Así que, te invito a que pienses en las palabras como herramientas: algunas para construir puentes y otras para poner límites. Al fin y al cabo, como dijo alguien por ahí, «Somos los arquitectos de nuestras relaciones», ¿no te parece?
Frases de una persona tóxica
Si escuchas o lees algunas de estas frases en alguien más, ten por seguro que es una persona de esas tóxicas que no quieres en tu vida.
- «Siempre lo haces mal». Esta es una clásica. Si alguien constantemente minimiza tus esfuerzos o logros, es una señal roja de alarma. ¿Sabías que, según estudios de psicología, este tipo de afirmaciones negativas constantes pueden afectar tu autoestima?
- «Nunca nadie te va a querer como yo». Ojo aquí, porque esto huele a manipulación emocional. Este tipo de frase busca crear dependencia y miedo a perder a la persona, algo que en psicología se conoce como coacción emocional.
- «Eso que dices es una tontería». El respeto es clave en cualquier relación sana. Invalidar tus opiniones o pensamientos de esta manera es, sin duda, una bandera roja.
- «Deberías estar agradecido/a por todo lo que hago por ti». Aunque a primera vista parece inofensiva, esta frase es una forma de hacerte sentir en deuda y justificar comportamientos tóxicos.
- «No es para tanto, estás exagerando». Minimizar tus sentimientos o problemas es una táctica común en personas que no quieren asumir responsabilidades por sus acciones.
- «Solo estoy bromeando, no te lo tomes tan en serio». Humor a costa de los demás y luego restarle importancia es una forma de gaslighting, haciendo que dudes de tu percepción de las cosas.
- «Si me dejas, no seré nada». Chantaje emocional puro y duro. Esta frase busca generar culpa y responsabilidad sobre el bienestar de la otra persona.
- «Tú eres el problema, no yo». Negar cualquier responsabilidad y culparte de todo es un claro indicativo de una persona que no está dispuesta a crecer o mejorar en la relación.