Cuando tienes un mal día no solo afecta personalmente al rendimiento diario, sino que también involucra a las personas que nos rodean perjudicando así la amistad o en su caso la convivencia entre los de tu alrededor. Tener un mal día no es sinónimo de una mala vida, hay que aprender a sobrellevar esos momentos en donde el mundo se te cae encima y en este artículo te diremos cómo hacerlo.

Por otro lado, tener un mal día no siempre es tan perjudicial como crees. La doctora en medicina, psiquiatra y psicoterapeuta Anabel González, afirmó en una entrevista que no se deben evitar los días malos, sino que hay que aprender a sobrellevarlos de la mejor manera. Por ello, no puedes evitar tener un día malo, pero sí puedes hacer varias cosas para aprender a llevarlo con mayor facilidad.

Teniendo en cuenta esto, ahora sabes lo importante que es tener un control sobre tus emociones cuando tienes uno de esos días negativos, en este artículo te diremos lo que debes hacer cuando tienes un mal día.

Identificar el problema

Probablemente una mala situación haya sido el detonante para que tú actitud cambie. Por ello, debes analizar cómo ha sido esa situación y tratar de resolverla o en su caso, intentar comprender lo que ha pasado y cuestionarte si esas actitudes son suficientes para cambiar tu carácter o no.

Una vez hayas analizado cuál ha sido el causante de ese cambio de humor, es momento de preguntarte qué puedes hacer para empezar a cambiar el día a mejor.

Respirar despacio

Practicar ejercicios de respiración en momentos estresantes es lo ideal cuando tienes un mal día. Si hay alguna circunstancia que te ha provocado ansiedad a lo largo del día, los ejercicios de respiración son los más recomendados por los especialistas ya que respirar correctamente ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y te ayudará a pensar las cosas con mayor claridad.

Escuchar música, cantar y bailar

Algo que le ayudará a tu mente a no pensar demasiado en lo que ha podido pasar, es escuchar tu música favorita y si lo prefieres, a cantar y bailar. De igual manera puedes hacer una pequeña escapada con tus amigos a un karaoke, la distracción te ayudará a ordenar tus ideas y a pensar con mayor claridad las cosas. Por ello, cuando sientas que el mundo se te viene encima, dedícate un pequeño tiempo a solas a escuchar tus canciones favoritas, deja que los sentimientos fluyan y si necesitas llorar, hazlo. Recuerda que la música es uno de los mejores liberadores de sentimientos.

Hacer una lista de tus mejores cualidades

Solamente tienes un mal día, no una mala vida. Tus cualidades son mucho más importantes que cualquier situación negativa que hayas experimentado durante el día. Así qué, recomendamos a que hagas una lista de tus mejores virtudes y cualidades en tu agenda. Es más importante recordar en qué destacas y menos en lo que digan los demás.

Después de enumerar todas tus cualidades, te darás cuenta de lo importante que eres y te sentirás orgulloso de ti mismo.

Eres muchas cosas buenas y que nadie te haga sentir lo contrario.

Salir a caminar al sol

Además de darnos la vitamina D, imprescindible para que nuestro cuerpo pueda absorber el calcio y mantener unos huesos fuertes, también fortalece al estado de ánimo. Seguramente no lo sabías, pero los rayos UV del sol ayudan a incrementar la transmisión de un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar. Hablamos de la serotonina, que también ayuda a regular el sueño y la temperatura del cuerpo.

Hace unos años ya se descubrió una alteración psicológica que afecta aproximadamente al 20% de la población, donde los síntomas depresivos en invierno aumentan con relación a los días de verano. Es decir, las personas tienen una mayor probabilidad de padecer síntomas depresivos en invierno que en verano. Por ello, siempre que puedas, especialmente cuando tengas un mal día, sal a tomar el sol, siempre y cuando el tiempo no sea excesivo.

Abrazar a un ser querido

Los beneficios de los abrazos son más importantes de lo que uno cree. Además de ayudar a reducir el estrés, los abrazos también ayudan a mejorar la sensación de bienestar con uno mismo. Por esta razón, cuando tengas un mal día, no tengas miedo y abraza a esas personas que tanto te hacen bien, ellos te lo agradecerán y te sentirás con una mejor autoestima aliviando tu sensación estrés.

No puedes evitar tener un mal día, lo que debes hacer es aprender a convivir con ello ya que forma parte de la vida. Para ello, debes aprender a sobrellevar esas difíciles situaciones que te hacen tener esos días malos, una vez a gestionar estas emociones, sabrás cómo afrontar esos días con mayor facilidad.

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