La infidelidad, ese tema tabú que sigue siendo objeto de debate y análisis. Aunque las razones varían entre individuos, ciertos factores pueden predisponer a algunos a cometer una infidelidad. A lo largo de los años, la investigación ha identificado diversos factores que pueden aumentar el deseo de ser infiel en algunas personas. Es importante destacar que la presencia de uno o más de estos factores no garantiza que una persona vaya a ser infiel, pero pueden incrementar el riesgo: Veamos cuáles son en este artículo.

¿Qué provoca que alguien sea infiel?

Que alguien pueda llegar a ser infiel, dependerá de muchos factores tanto internos como externos. Sin embargo, los factores más comunes son los siguientes.

1. Insatisfacción en la relación

La insatisfacción en una relación es, quizás, uno de los detonantes más usuales que empujan a las personas hacia la infidelidad. Pero, ¿qué significa realmente estar insatisfecho en una relación?

Cuando hablamos de insatisfacción, nos referimos a un estado de descontento o falta de plenitud en diversas áreas de la relación. Esto puede manifestarse en el ámbito emocional, donde uno siente que no está recibiendo el apoyo, comprensión o afecto adecuado. Tal vez sientas que tu pareja ya no te escucha o que no valora tus sentimientos y opiniones. La rutina y la falta de momentos íntimos o de calidad también juegan un papel en este ámbito.

2. Baja autoestima

La autoestima se refiere a cómo nos valoramos y percibimos a nosotros mismos. Cuando una persona tiene baja autoestima, suele tener una visión negativa de sí misma, dudando de sus capacidades, su valía o su atractivo. Esta visión distorsionada puede tener un impacto significativo en las decisiones que toma, incluidas las relacionadas con su vida amorosa y sentimental.

Las personas con baja autoestima a menudo buscan validación externa. Si sienten que no son lo suficientemente buenos, atractivos o valiosos, pueden buscar a alguien fuera de la relación que les "pruebe" lo contrario. Una aventura o un flirteo puede ofrecerles, temporalmente, ese sentimiento de ser deseados o apreciados que tanto ansían, aunque sea una solución a corto plazo y potencialmente destructiva.

3. Deseo de variedad

El deseo de variedad es inherente a la naturaleza humana en muchos ámbitos, desde nuestra dieta hasta nuestras actividades recreativas. En el contexto de las relaciones, este impulso se refiere a la necesidad o el deseo de nuevas experiencias, estímulos o conexiones que rompan con la rutina o monotonía.

A nivel evolutivo, nuestro cerebro está programado para responder positivamente a la novedad. Las nuevas experiencias liberan dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa. En el ámbito de las relaciones, esto puede traducirse en una atracción hacia nuevas personas que ofrezcan experiencias distintas a las que se viven en la relación actual.

4. Situaciones de oportunidad

Las circunstancias y los contextos en los que nos encontramos pueden influir de manera notable en nuestras decisiones. En el ámbito de la fidelidad, las situaciones de oportunidad hacen referencia a esos escenarios en los que, por diversas razones, la posibilidad de tener un encuentro fuera de la pareja se vuelve más accesible o tentadora.

Hay escenarios que son más propensos a la aparición de estas situaciones, como fiestas, viajes de trabajo, reuniones o conferencias. Estos contextos a menudo combinan la novedad, la distancia de la pareja y la presencia de nuevas personas.

5. Historial de infidelidad

Las acciones pasadas de una persona, aunque no determinan de manera absoluta su comportamiento futuro, pueden ofrecer ciertas pistas sobre sus patrones o tendencias. En el contexto de la fidelidad, un historial previo de infidelidades puede indicar una propensión o vulnerabilidad a repetir ciertos comportamientos.

Algunas personas desarrollan patrones repetitivos en sus relaciones. Si han sido infieles en el pasado en múltiples ocasiones, esto podría indicar una dificultad para comprometerse plenamente o para manejar ciertos conflictos internos relacionados con la monogamia.

6. Falta de consecuencias

La ausencia de repercusiones tangibles después de cometer un acto de infidelidad puede influir en la percepción y actitud hacia la posibilidad de ser infiel nuevamente. La falta de consecuencias puede, en ciertos casos, fomentar un comportamiento repetitivo. Si una persona ha sido infiel en el pasado y su pareja nunca lo descubrió, o si lo descubrió, pero decidió no abordar el tema, esa persona puede llegar a creer que puede continuar con ese comportamiento sin sufrir las repercusiones.

7. Influencia del entorno

El contexto social y cultural en el que nos desenvolvemos desempeña un papel crucial en la formación de nuestros valores, actitudes y comportamientos. En el caso de la fidelidad, el entorno puede tener una influencia en la percepción y actitud de una persona hacia la monogamia y la infidelidad.

Desde una edad temprana, observamos y absorbemos comportamientos de las figuras que consideramos modelos a seguir: padres, familiares, amigos, entre otros. Si estas figuras han tenido actitudes permisivas hacia la infidelidad o han sido infieles, pueden influir en la percepción de que este comportamiento es aceptable o normal.

8. Problemas personales no resueltos

Los problemas personales no resueltos pueden influir de manera significativa en las decisiones y comportamientos de una persona, incluyendo la tendencia hacia la infidelidad en las relaciones.

Experiencias traumáticas, ya sean de la infancia o etapas adultas, pueden generar patrones de comportamiento en las relaciones. Una persona que ha experimentado abandono, por ejemplo, puede buscar constantemente validación externa, lo que puede traducirse en infidelidades.

9. Carencia de atención o afecto

El ser humano es inherentemente social y busca conectar emocionalmente con los demás. Una de las necesidades fundamentales en cualquier relación es sentirse valorado, entendido y atendido. Cuando hay una carencia de atención o afecto en una relación, puede surgir una variedad de problemas, entre ellos, la infidelidad.

Una persona que no se siente apreciada o valorada en su relación puede buscar la validación externa. La infidelidad puede surgir como una manera de sentirse deseada o importante, al menos temporalmente, en manos de otra persona.

10. Venganza

La venganza puede ser un motivo influyente detrás de muchas acciones humanas, incluida la infidelidad. Aunque este no es un motivo comúnmente aceptado o saludable para ser infiel, existen casos en los que las personas utilizan la infidelidad como una forma de castigar o herir a su pareja debido a agravios reales o percibidos. Si uno de los miembros de la pareja ha sido infiel previamente, el otro podría sentir el deseo de "nivelar el campo de juego" siendo infiel a su vez. Esta acción puede surgir del deseo de hacer sentir a la pareja el mismo dolor o traición que uno ha sentido.

11. Crisis de la mediana edad

La crisis de la mediana edad es un término que se usa para describir un período de dudas, incertidumbre y reevaluación que algunas personas experimentan, generalmente entre los 40 y 60 años. Durante esta etapa, es común que las personas se cuestionen sus logros, sus decisiones pasadas y la dirección de su vida. Esta introspección y búsqueda de significado o renovación puede influir en el comportamiento y, en algunos casos, puede llevar a la infidelidad.

La infidelidad es un tema multifacético. Si sientes que alguno de estos puntos te toca de cerca, siempre es recomendable hablar con tu pareja o buscar el consejo de un profesional.

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