Tras una ruptura amorosa, es natural preguntarse cuál es la mejor manera de abordar el proceso de recuperación emocional. Uno de los métodos que ha ganado popularidad en los últimos años es el llamado «contacto cero». Pero, ¿en qué consiste exactamente? ¿Es adecuado para todo el mundo? En este artículo, te explicamos todos los detalles.
¿Qué es el «contacto cero»?
El «contacto cero» se refiere a la decisión de cortar toda forma de comunicación y contacto con una expareja. Esto no solo incluye conversaciones directas, como llamadas o encuentros físicos, sino también interacciones indirectas, como seguirse mutuamente en redes sociales o consultar el perfil o estados del otro.
La principal finalidad de esta estrategia es permitir a la persona que ha decidido implementarla un espacio y tiempo sin interrupciones ni interferencias para:
- Procesar la ruptura
- Reflexionar sobre la relación y su final
- Sanar emocionalmente
- Reconstruir la autoestima y el sentido de identidad fuera de la relación
Ventajas del contacto cero
La aplicación del contacto cero tras una ruptura puede traer consigo una serie de beneficios psicológicos y emocionales. Aunque no es una estrategia universalmente adecuada para todas las personas o circunstancias, aquellos que optan por esta técnica a menudo reportan una serie de ventajas. Vamos a ver cada uno de estos beneficios:
- Sanar emocionalmente: Al no tener ningún tipo de interacción con tu ex, te otorgas el espacio necesario para curar las heridas. Las constantes reminiscencias pueden dificultar la sanación.
- Evitar la ambigüedad: Mantener el contacto puede generar confusiones y hacer que te cuestiones la decisión de haber terminado la relación.
- Prevenir discusiones y conflictos: Es fácil que, al calor del momento, surjan reproches. Mantener distancia ayuda a evitar situaciones desagradables.
- Reconstruir la autoestima: Después de una ruptura, es vital centrarse en uno mismo, trabajar en la autoestima y buscar la independencia emocional.
- Reducir la tentación: El dolor de la separación puede llevar a buscar consuelo en el otro. La ausencia de contacto disminuye la posibilidad de recaídas sin haber solucionado los problemas previos.
- Establecer límites claros: Aplicar el contacto cero es una forma de marcar una barrera, de mostrar que se respeta y se exige respeto a las decisiones tomadas.
Casos en los que el contacto cero podría no ser recomendable
Si bien el «contacto cero» puede ser beneficioso en muchas situaciones después de una ruptura, hay circunstancias específicas donde aplicar esta técnica podría no ser lo más adecuado o incluso contraproducente. Es fundamental considerar el contexto y las implicaciones de cada situación. Veamos en detalle algunos de estos escenarios:
1. Cuando hay hijos en común
Los hijos necesitan estabilidad y comprensión. Ambos progenitores deben coordinarse para atender las necesidades emocionales, físicas y logísticas de los niños. Además, se requiere una comunicación fluida para discutir asuntos relacionados con la educación, salud y bienestar general de los hijos.
2. Situaciones laborales o académicas compartidas
Si compartes espacio laboral o académico con tu expareja, será difícil, si no imposible, evitar todo contacto. En estos casos, es más práctico aprender a interactuar de manera cordial y profesional. Además, mantener una actitud de evitación total en el trabajo o la universidad podría generar tensiones o malentendidos, afectando el ambiente laboral o académico.
3. Responsabilidades financieras conjuntas
Si tienes cuentas bancarias compartidas, propiedades en común o deudas conjuntas, necesitarás comunicarte para resolver estos asuntos financieros. Incluso, ignorar las responsabilidades financieras compartidas por evitar el contacto podría tener repercusiones negativas para tu situación económica.
4. Rupturas amigables
Si la relación terminó en términos amistosos y ambos sienten que pueden mantener una relación cordial o incluso amistosa, el contacto cero podría no ser necesario y podría percibirse como una actitud hostil o evasiva. También, en algunos casos, las exparejas pueden seguir formando parte de la red de apoyo emocional del otro, ayudándose mutuamente en el proceso de sanación y adaptación.
Es esencial que te tomes un momento para reflexionar sobre tus necesidades y, si lo ves conveniente, no dudes en buscar el asesoramiento de un profesional. Después de todo, el objetivo es que consigas superar la ruptura de la mejor manera posible para ti.
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