Japón se encuentra en el top de países con más esperanza de vida del mundo, actualmente situándose en el top 4 con una media de 84.8 años. Es aquí cuando nos preguntamos, ¿por qué viven tanto? ¿Cuál es su secreto? Y la verdad, es que no hay ningún secreto escondido ni nada oculto al mundo entero. Sin embargo, hay varios indicios que nos pueden explicar del porqué los japoneses viven tanto.
La longevidad de los japoneses puede atribuirse a varios factores, tanto culturales como ambientales y genéticos. Aquí detallamos cuáles podrían ser estos factores.
Cómo aumentar la esperanza de vida
Si lo que queremos es subir nuestra esperanza de vida llevando una vida simple, hay que conocer cómo los japoneses viven su día a día y por supuesto, conocer su dieta.
1. Dieta japonesa
La dieta japonesa es famosa no solo por sus sabores únicos, sino también por ser increíblemente equilibrada y saludable. ¿Sabías que en Japón, esta forma de comer es algo cotidiano y es una de las razones por las que muchas personas allí llevan un estilo de vida tan saludable? Bueno, resulta que esta dieta es baja en calorías, pero está cargada de nutrientes que son beneficiosos para el cuerpo.
Una de las claves de esta dieta es su riqueza en pescado y mariscos. No es raro encontrar en los platos japoneses una buena porción de salmón, atún o incluso algas, que son fuentes excepcionales de omega-3. Esto es genial porque los omega-3 son buenísimos para el corazón y el cerebro. Además, no se quedan ahí, porque también incluyen un montón de verduras frescas y arroz, que son la base de muchos platos. Y no podemos olvidar la soja en sus diferentes formas, como tofu u miso, que aportan proteínas de origen vegetal.
2. Porciones pequeñas
En Japón, una de las cosas más curiosas y beneficiosas es cómo sirven la comida. No te sorprendas si ves que los platos vienen en tamaños más pequeños de lo que estás acostumbrado. Y resulta que esta costumbre de porciones pequeñas tiene un montón de ventajas. Piénsalo: al comer en pequeñas cantidades, es mucho más fácil evitar ese sentimiento de haber comido demasiado. Es como tener un control automático para no pasarse con las calorías sin necesidad de contarlas todo el tiempo.
Además, esta forma de comer en porciones más manejables es un plus para la digestión. ¿Alguna vez has sentido esa pesadez después de una comida grande? Bueno, con porciones más pequeñas, eso es mucho menos probable. Tu estómago y sistema digestivo te lo agradecerán porque no tienen que trabajar tan duro para procesar una gran cantidad de comida de una sola vez.
3. Actividad física
¿Sabías que en Japón, moverse no es solo algo que haces cuando vas al gimnasio o sales a correr? Allá, la actividad física es parte del día a día, como si fuera tan natural como respirar. Un montón de japoneses tienen incorporado en su rutina diaria caminar o andar en bicicleta, y no es solo para ir del punto A al punto B. Esta forma de moverse es una pieza clave para mantenerse en forma y tener una vida saludable.
Lo interesante es que, para muchos en Japón, caminar o pedalear no es una tarea pesada o algo que tienen que hacer a regañadientes. Más bien es una parte agradable y esencial de su estilo de vida. Imagínate, ir al trabajo o a hacer las compras en bicicleta o dando un paseo a pie. Esto no solo es bueno para el cuerpo, sino también para la mente. Es una oportunidad para desconectar, disfrutar del aire libre y hasta socializar.
4. Respeto por la naturaleza y la vida sencilla
En Japón, el amor y el respeto por la naturaleza no son solo palabras bonitas, son una forma de vida. La gente allí realmente siente una conexión profunda con su entorno natural. Es como si cada árbol, cada montaña y cada río tuvieran su propia historia y lugar especial en el corazón de las personas. Y esta relación tan especial con la naturaleza se refleja en su estilo de vida diario.
Muchos japoneses llevan una vida bastante sencilla y consciente. No es que vivan sin tecnología o comodidades modernas, pero hay un enfoque claro en no complicar demasiado las cosas. Prefieren lo que es funcional, hermoso y, sobre todo, en armonía con el entorno. Es como si cada objeto y cada actividad tuvieran un propósito y una belleza propios, sin necesidad de excesos.
5. Filosofías como Ikigai
¿Has oído hablar alguna vez del término «ikigai»? En Japón, este concepto es importante y va mucho más allá de ser solo una palabra. Ikigai significa algo así como «razón de ser» o «lo que te da vida». Y te cuento, es algo que mucha gente en Japón toma muy en serio. Se trata de encontrar esa cosa, esa pasión o propósito que te hace levantarte cada mañana con ganas de enfrentar el día.
Lo interesante del ikigai es que no es algo fijo o universal. Para cada persona, el ikigai puede ser algo completamente diferente. Puede ser tu trabajo, tu familia, un hobby, o incluso una causa por la que luchas. La clave está en encontrar aquello que te llena, que te motiva y te hace sentir que estás contribuyendo al mundo de alguna manera.
6. Prácticas de bienestar
En Japón, cuidar de la salud no es solo ir al médico cuando te sientes mal. Hay un montón de prácticas de bienestar que forman parte de la vida cotidiana, y que, sinceramente, suenan como algo que todos deberíamos probar. Una de ellas es el «shinrin-yoku», que suena exótico, pero en realidad es algo bastante simple y hermoso: un baño de bosque. Sí, así como lo oyes. La idea es sumergirse en la naturaleza, caminando por un bosque y absorbiendo todos sus sonidos, olores y vistas. No es solo dar un paseo; es más como una inmersión total en el verde, dejando que la naturaleza te envuelva.
7. Actitud hacia el envejecimiento
La forma en que se ve la vejez es algo realmente especial y digno de admiración. No es ese concepto de que envejecer es algo malo o algo de lo que hay que avergonzarse. Todo lo contrario, la vejez se ve como algo que merece respeto y valoración. Es como si cada año que pasa añadiera no solo edad, sino también sabiduría, experiencia y valor a una persona.
Imagínate, sentir que envejecer no te quita valor, sino que te lo da. Esto puede hacer una gran diferencia en cómo las personas mayores se ven a sí mismas y cómo viven sus vidas. Se sienten más valoradas, más conectadas con los demás, y esto puede llevar a una mejor calidad de vida, más felicidad y, por ende, mejor salud.