Esta prueba visual y psicológica que de una manera sencilla muestra tu estado actual general. Se basa en la teoría de la gestalt en la percepción humana. Este test visual puede llegar a ser un verdadero oasis sentimental en tu rutina diaria, y sin hacer trampa, el resultado puede indicarte el camino que debes llevar en estos días de cambios en tu vida.

El test visual funciona de la misma manera que uno de los más antiguos, y a su vez más famosos de los test psicológicos que involucran la visión de imágenes. Hablamos del test de Rorschach, un test creado por el psicólogo Hermann Rorschach, el cual se publicó en 1921 dentro del campo del psicoanálisis, que se extendió en todo el mundo de la psicología. No obstante, ni el Rorschach ni este son pruebas concluyentes, aunque suelen tener un alto porcentaje de aciertos.

Este test visual y psicológico, te dirá de una manera sencilla tu estado actual general

Tienes que mirar la imagen y apuntar lo que ves, es una prueba fácil de pasar, que te llevará apenas unos segundos.

Si viste un disco rayado

Si al principio lo que captó tu atención fue un disco rayado, podría ser una señal de que te encuentras en un estado decaído. Esta falta de energía, este desgano, podría muy bien tener sus raíces en el clima del lugar donde resides. A menudo, el ambiente en que vivimos influye directamente en nuestro ánimo, llevándonos a un estado de indolencia y apatía. En momentos como este, podría ser beneficioso para ti tomar un respiro, alejarte un poco de esa rutina que parece consumirte día tras día.

Dedícate a disfrutar de un largo y tranquilo momento para ti mismo. Imagínate en un rincón acogedor, con una taza de té humeante o un café aromático entre tus manos, mientras te sumerges en aquellas actividades que más placer te proporcionan. Ya sea leyendo un buen libro, escuchando música que te tranquilice o simplemente dejando vagar tus pensamientos, el objetivo es desconectarte del mundo exterior por un tiempo.

Esta pausa, este retiro momentáneo de las exigencias cotidianas, puede ser justamente lo que necesitas para recargar tus energías. Al distanciarte temporalmente de las obligaciones y el ruido del día a día, permites que tu mente y tu cuerpo se regeneren. Con el tiempo, verás cómo tus fuerzas se revitalizan, cómo recuperas esa vitalidad que parecía perdida. La clave está en permitirte este espacio, en reconocer la importancia de cuidar de ti mismo y de tu bienestar emocional.

Si has visto dos rostros enfadados

Si en tu percepción se destacan dos rostros enfadados, esto podría ser un reflejo de un cansancio con el mundo que te rodea. Tal vez eres de esas personas que se dedican por completo al trabajo y a aquellos a tu alrededor, esforzándote incansablemente por cumplir con cada expectativa, por dar siempre lo mejor de ti. Sin embargo, este enfoque tan abnegado puede ser una fuente de frustración constante, más aún si conlleva el olvido de tus propias necesidades y deseos.

Pero, a pesar de lo abrumador que pueda parecer, la solución a esta situación podría estar más al alcance de lo que crees. La vida, en su esencia, es un fenómeno maravilloso, lleno de pequeños placeres y momentos de alegría que a menudo pasamos por alto. No es necesario vivir en un estado de estrés perpetuo, sacrificando tu paz mental en el altar de la productividad y las responsabilidades.

Es vital recordar que tu bienestar emocional es tan importante como cualquier otra tarea o compromiso. A veces, lo que más necesitamos es hacer una pausa, respirar hondo y reevaluar nuestras prioridades. Es fundamental encontrar un equilibrio, aprender a decir "no" cuando sea necesario, y dedicar tiempo a cuidar de uno mismo. Al fin y al cabo, no puedes dar lo mejor de ti si no estás en tu mejor estado.

Un círculo rojo

Si lo que percibiste fue un círculo rojo, esto podría indicar que has estado alejándote del mundo durante bastante tiempo. Este distanciamiento puede haber fomentado en ti una tendencia hacia el egoísmo, lo cual no es necesariamente negativo en su justa medida. Recordemos que cuidar de uno mismo es crucial. Sin embargo, hay un delicado equilibrio que mantener. Cuando nos centramos excesivamente en nosotros mismos, corremos el riesgo de que nuestras emociones y sentimientos se acumulen de manera desordenada, lo que podría llevarnos a un estado de vanidad o autocomplacencia que no beneficia ni a nosotros mismos ni a las personas que nos rodean.

Es importante recordar la sabiduría en las palabras de Alejandro Jodorowsky: "Lo que das, te lo das; lo que no das, te lo quitas". Esta frase resalta la importancia de la generosidad y la conexión con los demás. Compartir, ya sea en forma de tiempo, amor, comprensión o ayuda, es una forma de enriquecer no solo a los demás sino también a uno mismo. Al abrirnos y conectarnos con el mundo exterior, no solo enriquecemos nuestras propias vidas, sino que también contribuimos al bienestar de los que nos rodean.

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