¿Alguna vez te has preguntado por qué, en el instante en que nuestros labios tocan los de otra persona, nuestros ojos se cierran como por arte de magia? Parece algo sincronizado sin mediar palabra: acercas tu cara, inclinas un poco la cabeza, tus labios se encuentran y… ¡bam! Los ojos se cierran. No es algo que planeamos, simplemente sucede. Pero, ¿alguna vez has pensado por qué?

Por qué cerramos los ojos al besar según la ciencia

Resulta que hay estudios (sí, hay gente que estudia estos temas) que han mirado esto de cerca. En 2016, unos psicólogos de la Universidad de Londres publicaron un estudio en la revista "Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance" que nos da algunas pistas.

Según este estudio, resulta que cerrar los ojos durante un beso intenso tiene que ver con nuestra habilidad para enfocarnos. Al parecer, nuestros cerebros no son los mejores para procesar otra sensación mientras estamos ocupados sintiendo algo tan genial como un beso. Polly Dalton y Sandra Murphy, las psicólogas detrás del estudio, explican que al eliminar el estímulo visual, podemos mejorar nuestra experiencia táctil. Es decir, cerramos los ojos para sentir el beso de forma más intensa.

Ofrece más sensaciones

Imagina que estás escuchando tu canción favorita, ¿cierras los ojos para sumergirte en la música, verdad? Algo similar sucede con los besos. Al eliminar la distracción de ver, nuestro cerebro puede dedicar más recursos a sentir. Los besos son una explosión de sensaciones: el tacto de los labios de la otra persona, su sabor, el calor, la humedad, la presión, todo se amplifica.

Unsplash / Cassie Lopez

Hay misterio

Hay algo más, un poco menos científico y un poco más místico. Cerrar los ojos al besar también puede ser una especie de acto de confianza. Te estás entregando al momento, vulnerable pero seguro en los brazos de otra persona. Es una forma de decir: "Estoy aquí contigo, completamente."

La evolución del beso

Culturalmente, también hay teorías que dicen que el beso evolucionó desde el comportamiento de alimentación madre-hijo, donde se cerraban los ojos para concentrarse en el acto de nutrir. Con el tiempo, eso se transformó en un gesto de afecto, manteniendo la parte de cerrar los ojos porque… bueno, es reconfortante.

¿Y si pruebas besar con los ojos abiertos?

Vale, esto puede ser un poco raro, pero ¿has intentado besar con los ojos abiertos? A menudo se siente incómodo, y no solo por la cercanía de las caras. Sin el cierre de ojos, muchas personas reportan sentirse demasiado expuestas o distraídas para disfrutar del beso. Es como si ver durante el beso te sacara del momento íntimo y te devolviera al mundo real con un golpe.

Así que, la próxima vez que te encuentres en medio de un beso, recuerda que hay todo un proceso neurológico detrás de ese instinto de cerrar los ojos. No es solo poesía, es tu cerebro diciéndote: "Eh, vamos a disfrutar esto al máximo."

Y bueno, si algún día en una cita te preguntan por qué cerraste los ojos, ya tienes de qué hablar.  ¿Quién hubiera dicho que algo tan simple como cerrar los ojos podría tener tanto rollo detrás, verdad?

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