Llegar a gustarte a alguien que te gusta, puede parecer fácil y difícil dependiendo de lo que hagas. No es cuestión de llegar a enamorarle y que caiga rendido/a a nuestros pies, es más bien llegar a que se fije en nosotros y que nos llegue a conocer más haciendo que se interese en nosotros/as. Si quieres saber cómo llegar a ser irresistible para esa persona que tanto te gusta, sigue estos sencillos consejos.

Cómo ser irresistible para esa persona que te gusta

El cómo nos comportamos, cómo nos vestimos, el cómo hablamos pueden ser características fundamentales a la hora de llegar a conquistar a esa persona que tanto te gusta. Hacer que se fije en ti puede llegar a ser más fácil de lo que crees.

Sonríe y sé feliz

La felicidad atrae. Sí, así como lo oyes. Cuando somos felices y lo demostramos al mundo con una sonrisa, la gente se siente automáticamente atraída hacia nosotros. Piénsalo. ¿A quién prefieres acercarte en una reunión? ¿Al que está sentado solo, mirando su teléfono con cara de pocos amigos, o al que está riendo y compartiendo con los demás? La respuesta es obvia, ¿no? Una sonrisa es ese boleto dorado para hacer conexiones y bonitas. Es como si al sonreír, le dijéramos al mundo: “Estoy abierto a conocer gente nueva y a vivir experiencias increíbles”. Y eso, es bonito.

Un buen perfume

No hay nada como un aroma agradable para dejar una impresión duradera. Piénsalo: ¿cuántas veces has recordado a alguien solo por su perfume? Ese poder de evocación es oro puro cuando quieres que alguien te tenga en mente.

Pero ojo: menos es más. Sí, sí, no te emociones vaciando la botella entera sobre ti. Lo que buscamos es ese toque suave y cálido que invite, no que asalte los sentidos. Quieres ser recordado/a, sí, pero por las razones correctas. Imagina ese aroma que te hace cerrar los ojos y sonreír, no el que te hace correr en busca de aire fresco.

El perfume perfecto es ese que cuando pasas, la gente piensa: “Wow, ¿quién era?” y no “Wow, ¿qué era eso?”. Se trata de encontrar ese balance que hable de ti sin palabras, que cuente una historia sobre ti. Recuerda, tu aroma es tu firma personal, el sello invisible que dejas al irte.

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Sé misterioso/a

¿Quién no se ha sentido alguna vez atraído por ese aire de misterio que rodea a ciertas personas? Ese misterio tiene ese "no sé qué" que nos engancha, nos hace querer saber más. Es como cuando empiezas una serie nueva y no puedes parar de ver episodios porque necesitas saber qué pasa después.

Ser un libro abierto desde el minuto uno puede ser tentador, especialmente cuando sientes esa conexión instantánea. Pero, mantener un poco de misterio a tu alrededor es como espolvorear pimienta en una conversación: le da ese toque picante que invita a querer más. Es darle a la otra persona un pasaje solo de ida hacia el "Quiero saber más de ti".

Muestra interés

Mientras que el misterio tiene su encanto, no queremos caer en el extremo de convertirnos en una esfinge, ¿verdad? Después de todo, ¿de qué sirve atraer la atención de alguien si luego le das la impresión de que estás más interesado en otras cosas que en su compañía? Exacto, no tiene mucho sentido.

Así que, mientras mantienes ese aire de misterio que tanto nos gusta, es crucial que también dejes claro tu interés. ¿Cómo? Bueno, la comunicación no verbal va a ser tu mejor aliada. Un juego de miradas por aquí, una sonrisa cómplice por allá, y ya estás en el camino correcto.

Jugar con las manos o reírte de sus bromas son formas sutiles pero claras de decir: “Hey, me interesas y quiero saber más de ti”. Y es que, en el fondo, todos queremos sentirnos deseados y valorados, ¿no crees? Es como cuando te llega una notificación de que tu crush ha reaccionado a tu storie; pequeño detalle, gran impacto.

Sé independiente

Ser independiente no significa que tienes que escalar el Everest solo/a o que debes vivir en una isla desierta. No, no. Hablamos de mostrar que tienes tu propia vida, tus pasiones, tus proyectos. Que aunque disfrutas y valoras la compañía de otros, tu felicidad no depende exclusivamente de ellos. Y eso, es mega atractivo.

Por ejemplo, ¿prefieres pasar tu tiempo con alguien que parece una sombra, siempre esperando a ver qué haces o dices, o con alguien que tiene sus propias ideas, que te sorprende con planes y conversaciones interesantes? La respuesta parece bastante clara.

Mostrar tu independencia es como decir: “Soy un libro abierto con páginas en blanco listas para ser escritas, pero también tengo capítulos increíbles ya completados”. Es tener ese equilibrio entre compartir y tener tus propios espacios y secretos.

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