¿Te cuesta tomar decisiones? ¿Te arrepientes con frecuencia de tus elecciones? No estás solo. La indecisión afecta a millones de personas en todo el mundo, y puede tener un impacto en nuestra felicidad y bienestar. La buena noticia es que existen estrategias para tomar mejores decisiones y vivir una vida más plena. Así lo confirman expertos como el psicólogo estadounidense Shawn Achor, quien afirma: "La felicidad no es el resultado de las circunstancias, sino de las decisiones que tomamos".

De hecho, estudios recientes demuestran que las personas felices se caracterizan por su capacidad para tomar decisiones rápidas y confiadas. Un estudio publicado en la revista Psychological Science encontró que las personas felices son más propensas a seguir su intuición y menos propensas a rumiar sobre sus opciones. Alcanzar la felicidad está a nuestro alcance. Todo lo que necesitamos es aprender a tomar decisiones inteligentes que nos acerquen a nuestros objetivos y valores. Por ello, te diremos cuáles son las decisiones que toman las personas más felices en sus vidas.

1. Conocen sus valores y no los negocian

Las personas felices son excepcionalmente buenas para vivir de acuerdo con sus valores, incluso cuando esto puede ser complicado. Ya sea honestidad, lealtad, creatividad o cualquier otro valor personal, estas personas lo tienen claro y lo consideran una prioridad en todas sus decisiones. Esto se traduce en acciones coherentes y auténticas, que a largo plazo refuerzan su sentido de identidad y bienestar.

Además, esta congruencia entre lo que valoran y cómo actúan les permite rechazar aquello que no se alinea con sus principios, sin importar las presiones externas. Al mantenerse fieles a sus valores, evitan el arrepentimiento y la disonancia que a menudo sienten aquellos que comprometen sus ideales. Esto no solo hace que sus decisiones sean más sencillas, sino que también incrementa la confianza en sí mismos y en su capacidad para manejar situaciones futuras.

2. Se permiten equivocarse

Aceptar el error como parte del aprendizaje es fundamental para la gente feliz. No ven los fallos como fracasos personales, sino como oportunidades para aprender y crecer. Esta actitud les permite enfrentar retos y tomar riesgos sin el temor paralizante al error que frena a muchos. Al liberarse de la perfección, estas personas a menudo encuentran soluciones más creativas y caminos menos convencionales hacia sus metas.

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Cuando una decisión no tiene el resultado esperado, en lugar de caer en la frustración, realizan una evaluación de qué fue lo que pasó y cómo pueden mejorar la próxima vez. Este enfoque constructivo hacia el error les ayuda a adaptarse y ajustar sus estrategias de manera efectiva, manteniendo una actitud positiva ante los contratiempos. Esta resiliencia los convierte en mejores tomadores de decisiones a lo largo del tiempo.

3. Escuchan a su intuición

En un mundo donde la información es abundante y a veces contradictoria, la intuición se convierte en una herramienta influyente para la toma de decisiones. Las personas felices saben cuándo hacer una pausa y escuchar ese "sexto sentido" que a menudo les señala la dirección correcta. Aunque la intuición puede ser esquiva, con práctica, se puede desarrollar una mayor sensibilidad a estas señales internas, lo que enriquece el proceso de decisión.

Por supuesto, no se trata de tomar decisiones al tuntún. Las personas felices balancean este instinto con razón y evidencia, pero en casos donde los datos son insuficientes o la situación es muy compleja, la intuición puede ser el desempate. Este equilibrio entre mente y corazón les permite tomar decisiones más completas y personalmente satisfactorias.

4. No temen pedir consejo

Reconocer que no se tiene todas las respuestas es signo de madurez y apertura. La gente feliz no tiene problemas en solicitar orientación cuando se enfrentan a decisiones importantes. Ya sea consultando a amigos, familiares, mentores o expertos, entienden el valor de obtener múltiples perspectivas antes de comprometerse con un curso de acción.

Lo crucial aquí es saber discernir entre buenos y malos consejos. La gente feliz tiende a tener una red de apoyo bien seleccionada, cuyas opiniones respetan y en quienes confían para ofrecer consejos sinceros y útiles. Este respaldo no solo enriquece su proceso de toma de decisiones, sino que también fortalece sus relaciones personales y profesionales.

5. Priorizan su bienestar

Cuando tienes que tomar una decisión, ¿piensas en cómo afectará esto a tu bienestar? Las personas felices sí lo hacen. Si una opción les va a causar estrés innecesario o va en contra de su salud mental o física, probablemente la descarten. Su mantra podría ser algo así como: "Si no me suma, no me interesa".

Además, están atentos a las señales de su cuerpo y mente que indican cuándo una decisión podría estar desencadenando estrés o malestar. Al tomar decisiones que respetan y promueven su salud y felicidad, logran mantener un equilibrio que les permite disfrutar de sus vidas al máximo, sin sacrificios innecesarios.

6. Toman decisiones alineadas con sus metas a largo plazo

Para la gente feliz, cada elección es un paso hacia un futuro deseado. Están enfocados en sus metas a largo plazo, lo que les ayuda a filtrar distracciones y mantenerse en ruta hacia sus aspiraciones más significativas. Esto no significa que no disfruten del presente, pero sí que tienen un plan claro que guía sus acciones y decisiones diarias.

Esta visión de futuro les permite tomar decisiones más estratégicas y menos impulsivas. Al considerar cómo cada opción impacta sus objetivos futuros, pueden tomar decisiones más informadas y coherentes, lo que inevitablemente conduce a una mayor satisfacción y, por supuesto, felicidad.

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